lunes, 10 de octubre de 2011

ENTREVISTA a MICHAEL APPLE Catedrático de Políticas Educativas en EE UU . Publicado en El País

"Las protestas de la enseñanza triunfarán si implican a las familias"

PILAR ÁLVAREZ - Madrid - 10/10/2011
 
 
 
Es profesor desde hace 40 años y lleva más de tres décadas analizando la democratización de la educación con profesores, sindicatos, grupos disidentes y gobiernos de distintos países del mundo. El teórico e investigador Michael Apple (Nueva Jersey, Estados Unidos, 1942) aterrizó la semana pasada en Madrid con el discurso cargado. Ocupa la Cátedra John Bascom de Currículo y Enseñanza y Estudios de Políticas Educativas en la Facultad de Educación de la Universidad de Wisconsin. El lunes impartió una conferencia sobre la "mercantilización" de la educación en La Casa Encendida de Madrid. Aprovechó para enviar un mensaje de apoyo a las movilizaciones docentes en España: "Resistid, seguid adelante y buscad apoyo nacional e internacional".
    "Los recortes educativos siguen un patrón, no solo se dan en España"
    "Los docentes deben aliarse con otros grupos perjudicados"
    Pregunta. ¿Cómo cree que un modelo político influye en la elección de un modelo educativo?
    Respuesta. Los populares en España o los conservadores en el Reino Unido están presionando mucho sobre todo en la privatización de la educación. Buscan reformas neoliberales, tratar las escuelas de forma corporativa, como si fueran negocios. Así compiten entre ellas, lo que generalmente implica recortar presupuestos de forma masiva, tener menos profesores y menos dinero para escuelas locales. Supone culpar a los profesores de la crisis económica. Es lo que está ocurriendo ahora en Madrid. Incluso los partidos socialistas se están viendo obligados a tomar este tipo de medidas, que se están globalizando.
    P. ¿Cuál es su percepción de las protestas de los docentes de algunas comunidades autónomas españolas a raíz de los recortes? ¿Son necesarias? ¿Tendrán éxito?
    R. Depende de su duración y del apoyo popular. No solo está ocurriendo en España. En esto se sigue una especie de patrón. La gente de la calle entiende que la educación está en crisis y que sus hijos no podrán acceder a un trabajo. Es normal que estén preocupados. La clase trabajadora está siendo excluida, el nivel de vida está bajando. Las clases dominantes intentan trasladar la culpa a otras personas. En el caso de España, pasan de la crisis económica a la educativa y especialmente a los profesores. Si consiguen trasladarles la culpa, pueden quedar como meros espectadores. Para evitar que ocurra, los profesores deben aliarse con los sindicatos y con otros grupos también perjudicados. Las protestas educativas tendrán éxito, sobre todo, si implican a las familias. Los docentes de Madrid están siendo muy creativos y eso es importante para atraer la atención de los medios de comunicación.
    P. ¿Dónde ha funcionado ese patrón general del que habla? En Wisconsin, por ejemplo, el Gobierno de derechas recortó un 25% el presupuesto educativo. Retiró mil millones de dólares [744 millones de euros]. Eso supone que muchos profesores han perdido su trabajo, han visto incrementado el número de los alumnos y tienen estudiantes con necesidades especiales que han perdido a sus profesores. Hay hijos de inmigrantes que no pueden hablar inglés y que han perdido a los docentes con los que se comunicaban en español. Allí hubo protestas durante meses: se pusieron en huelga, ocuparon los edificios del Ayuntamiento, se aliaron con los grupos de inmigrantes, con bomberos, agricultores, policías... Fue una actuación brillante, una gran alianza contra el neoliberalismo. Wisconsin fue el primer Estado que dio cheques a los padres para sacar a sus hijos de la educación pública y llevarlos a la privada. Hoy por hoy no existen evidencias de que estas medidas hayan mejorado las calificaciones de los alumnos, sobre todo en el caso de las minorías. Los cheques, en origen, eran solo para niños pobres. Ahora la clase media-alta los quiere para sacar a sus hijos de la escuela pública y alejarles de los inmigrantes y la clase trabajadora.
    R.
    P. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, señaló que este tipo de protestas pueden disuadir a las familias de llevar a sus hijos a la enseñanza pública. ¿Está de acuerdo?
    R. Es muy peligroso que los padres que ven estas manifestaciones en los medios de comunicación piensen en cambiar a sus hijos de sistema público al privado. El modelo neoliberal está destruyendo el sistema educativo público. Y lo hacen, entre otras fórmulas, cambiando nuestro concepto de democracia. Las palabras tienen emociones. Democracia es un término positivo en general, y, más aún, en España con una dictadura reciente. Lo que intentan es que la gente crea que puede decidir, convertirles en consumidores. Es como un supermercado. El que tiene dinero puede elegir la escuela privada donde quiere que sus hijos estudien.
    P. ¿A qué se refiere cuando alude a la escuela democrática?
    R. A un currículo escolar que se ajuste a la vida real de las familias. Se trata de ampliarlo para que no sea solo adquirir conocimiento y conseguir un trabajo. Hay que generar ciudadanos críticos en un modelo en el que participe la comunidad entera, no solo padres y profesores. Un modelo en el que haya solidaridad y los docentes sean realmente tratados como profesionales.
    P. ¿Qué país tiene un buen sistema de escuela pública?
    R. En Porto Alegre (Brasil), el Partido de los Trabajadores ha hecho grandes esfuerzos para implantar escuelas de ciudadanos. En España tienen buenos expertos y críticos. Aquí se están desarrollando algunas de las reformas más interesantes. El proyecto Atlántida [un plan de innovación educativa que nació hace 15 años para reintroducir la democratización en los centros educativos] es famoso fuera de España. Se trata de que la escuela permita desarrollar un sentimiento colectivo. Parte del trabajo para los neoliberales es hacer pensar como individuos: 'la gente pobre no es tu problema, solo tu hijo, eres un consumidor'. En ese supermercado algunos pueden entrar y comprar y otros mirar desde la ventana
    P. Uno de los asuntos que ha analizado durante su carrera es la presencia de las religiones en la escuela pública o financiada con fondos públicos. En España hay colegios católicos concertados. ¿Considera que deberían abrirse a otras religiones?
    R. De entrada no comparto la entrada de la religión en la escuela pública, salvo que hubiera una demanda masiva de la población. Si fuera así, deberían incluirse todas las religiones para garantizar que no exista discriminación.

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